“I Love You Phillip Morris” (2009)

Esta semana desde Irlanda os acerco una película que me ha sorprendido muy gratamente. El nombre de Philip Morris siempre me recordó a la famosa empresa tabacalera. La mas grande, ya que sus ventas suponen cerca del 15% del mercado mundial de cigarrillos. La principal marca de esta compañía es la archiconocida Malboro, pero también produce cigarrillos Fortuna, Nobel, Ducados, Chesterfield, L&M o Next. Y solo otro apunte, sus ingresos anuales ascienden hasta los 10 billones de dólares, casi ná. (Fuente: Wikipedia).

Así que esperaba ver una película que seguramente fuera sobre juicios, directivos de corporaciones, tramas policíacas o judiciales, o incluso sobre investigación y ciencia o algo así. Pero este film no tiene nada que ver con la industria del tabaco

Ricky Gervais y su rajada en los Globos de Oro 2011

Hoy pensaba hablaros, como de costumbre, de una película al azar que hubiera visto esta semana. Tras escoger unas cuantas y ver un par de ellas, me encontré con una “noticia” en internet que hablaba de la ceremonia de los Globos de Oro de este año. Odio profundamente cualquier entrega de premios y su respectivo baboseo de alabanzas, sin desmerecer su bajo ritmo y poca gracia, aunque los presentadores se empeñen en lo contrario. De hecho tampoco suelo hacer mucho caso a los resultados de las mismas, varios años ni me he enterado de quien a ganado el oscar o el globo de oro. Aunque normalmente suelen ser correctos los resultados, en muchas ocasiones estos no hacen verdadera justicia y se ajustan más bien a campañas publicitarias y/o de imagen. Por lo que ni me había enterado de que el pasado 16 de Enero se celebró la 68ª edición de los Globos de Oro, hasta que llegó a mí la mencionada noticia de internet.

En ella, se señalaba que el presentador de la misma, el controvertido y polifacético Ricky Gervais, había rajado de lo lindo contra los actores y actrices presentes, siendo fiel a su propio estilo. Tras ver parte de la gala traducida en el “maravilloso” youtube no pude más que reírme y comprobar que, en efecto, el bueno de Gervais se había quedado a gusto.